sábado, 12 de enero de 2013

LEYENDA URBANA HECHA REALIDAD: DROGA EN LAS COPAS

Creo que merece la pena contar esta historia y que todos nos concienciemos de que lo que parecía una leyenda urbana que las madres utilizaban para asustarnos, se está volviendo más real de lo que pensamos.
El testimonio es real, de hecho la historia voy a contarla tal y como me la va relatando mi amigo porque quiero recrear fielmente la realidad de la situación.

Mi amigo se encontraba en un local con sus amigos bebiendo tranquilamente, ellos son un grupo de chicos normales, estudiantes y sin malos hábitos. Como he dicho, se encontraba bebiendo en dicho local (un lugar muy frecuentado los fines de semana por los jóvenes para beber) y una vez pasaron un par de horas empezó a sentirse extraño. Simplemente pensaba que se sentía raro debido a que había ingerido alcohol, fue al baño varias veces y una de las últimas veces que fue sintió unas ganas terribles de vomitar.
Cada vez se encontraba peor y decidió volver al baño donde definitivamente vomitó, él seguía pensando que se encontraba así debido al alcohol que había ingerido. Decidieron salir del local para que tomara el aire pero el malestar cada vez era peor y en la calle volvió a vomitar, pasó unos 40 minutos vomitando en ese lugar.
Pero él notó que pasaba algo más, comenzó a fallarle la vista, palabras textuales de él "veía a las personas como siluetas, como si mirases a través de un cristal traslúcido, borroso y lo único que notaba eran formas y colores muy borrosos".
Seguidamente empezó a verlo todo como ralentizado e incluso perdiendo consciencia de sus actos ya que los amigos le hablaban y a él en el momento se le olvidaba lo que ellos le decían.

Pero lo peor está por llegar, el cuerpo comenzó a fallarle, no tenía fuerzas para sostenerse y temblaba sin parar e incluso llegó a tener problemas respiratorios y prácticamente no tenía control sobre su cuerpo. Sus amigos le decían que no se preocupase que eso era del alcohol y lo llevaron a casa, el camino en coche se le hizo eterno y de hecho tuvieron que llevarlo hasta la puerta de su casa. Su familia se despertó y se dieron cuenta de que algo no estaba bien, llamaron a urgencias y le recomendaron que fuera de inmediato al hospital. No entendía la pesadilla que estaba viviendo, no sabía que le ocurría pero tenía claro que el alcohol no había sido.
Él no se veía con fuerzas para soportar otro trayecto en coche hasta el hospital por lo que llamaron a la ambulancia y vinieron a por él. Los médicos subieron a su casa porque no tenía fuerzas para moverse y le hicieron pruebas para mirarle las pupilas, la falta de reflejos... Acto seguido le dieron una pastilla que debía ponerse debajo de la lengua para no desmayarse y a su vez le dieron un tranquilizante.

Los médicos le dijeron que parecía cocaína y que últimamente habían tenido varios casos así. Gracias al tranquilizante se durmió enseguida. A la mañana siguiente se despertó con un gran malestar corporal, sin apetito y se dispuso a contarlo por las redes sociales para advertir al resto de personas de lo sucedido. Algunas personas le confirmaron que tenían información sobre otros casos parecidos que habían ocurrido, según dicen, echan droga en las copas para ganar "clientes". Quieren que a la gente le guste, les cree una adicción y si lo consiguen, las personas acudirán al lugar donde los drogaron para conseguir localizar droga.

Como he dicho al principio, parece que la historia que nos contaban nuestras madres de que a las copas le ponen drogas, va a cobrar más credibilidad de la que todos pensamos y creo que está bien que personas a las que le haya ocurrido este tipo de cosas las den a conocer para que todos podamos prevenir estas situaciones.

Según me han dicho, suelen echar medio gramo de droga pero hay una manera de descubrirla. Si estás en la discoteca coges la copa y la pones cerca de un neón de los que suelen tener en las discotecas y si tiene droga dicen que ahí se ve. No puedo afirmar con seguridad si es verdad o no pero todos los trucos que podamos utilizar para intentar evitarlo son pocos.

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